Don Felipe expresa su confianza en el «buen futuro de España» y elogia a los medios. «No hay democracia sin prensa libre», asegura la presidenta editora de Heraldo.

 

 

Pilar de Yarza Mompeón, presidenta editora de Heraldo, recibió en Madrid, de manos de los Reyes de España, el Premio Luca de Tena de Periodismo. El acto, celebrado en la sede de ‘ABC’, diario que lo concede,  reunió a una nutrida representación de la política, la cultura y las empresas de comunicación de la capital de España. En la misma gala se entregaron también los premios Mariano de Cavia (que ha recaído este año en Gregorio Marañón y Bertrán de Lis, por un artículo publicado en ‘El País’ el 28 de diciembre de 2017) y Antonio Mingote (otorgado a Jesús Fernández Salvadores por una fotografía sobre un incendio forestal publicada en el ‘Diario de León’ el 23 de agosto de 2017).

Los elogios al buen periodismo, más necesario que nunca en estos tiempos, predominaron en la velada. El propio Don Felipe fue uno de los más comprometidos en la defensa del papel que desempeña en la sociedad española la prensa, en general, y ‘ABC’, en particular. «Debemos celebrar que el periódico siga siendo una obra viva, absolutamente vigente en este siglo XXI –aseguró el monarca–, tan del universo de internet y de los desafíos como la inteligencia artificial; en fin, tan lleno de oportunidades como de riesgos».

Don Felipe, que recordó la definición que hizo García Márquez del periodismo («la profesión más bonita del mundo»), destacó también el papel de Pilar de Yarza en la historia del periodismo aragonés y español. Tras definirla como «una gran dama de la prensa y también una pionera», subrayó que, «al frente de Heraldo. acometió una gran obra de modernización que hoy continúan sus sobrinos, quienes han dado un paso más, transformándolo en el pujante grupo HENNEO. Pilar es una de esas editoras que siempre han sabido que en periodismo el mejor negocio se llama calidad y verdad».

Y terminó su intervención pidiendo que se cuide a los medios. «Necesitamos periodistas y editores comprometidos con la búsqueda de la verdad y capaces de exponerla con libertad y sin presiones. Necesitamos medios libres, prósperos y de alta calidad; diarios fieles a los hechos y libérrimos en sus opiniones. En España, afortunadamente, los tenemos, y confío en que los sabremos cuidar y preservar, porque son el espejo de nuestras vidas, el álbum de nuestra memoria y a veces incluso un bastión en defensa de la libertad».

Amplia presencia social, cultural y política

Catalina Luca de Tena, presidenta de ‘ABC’; Santiago Bergareche, presidente de Vocento, y Bieito Rubido, director de ‘ABC’, ejercieron de anfitriones a lo largo de toda la velada. Entre las personalidades que asistieron al acto estaban Ana Pastor, presidenta del Congreso de los Diputados; Ángel Garrido, presidente de la Comunidad de Madrid; José Guirao, ministro de Cultura y Deporte; Santiago de Ybarra, presidente de honor de Vocento; Luis Enríquez, consejero delegado de Vocento; Manuel Azuaga, presidente de Unicaja, o Darío Villanueva, director de la Real Academia de la Lengua y presidente del jurado que concedió los galardones. El presidente aragonés, Javier Lambán, también asistió a la ceremonia, y se le vio hablando en un corrillo previo a la cena con el duque de Alba sobre las dos piezas que ha prestado este para la exposición sobre los panteones reales que se inaugurará en los próximos días.

Hubo más presencia aragonesa en el acto, ya que entre los invitados se encontraba Ana Santos, directora de la Biblioteca Nacional. Junto a ella, destacados representantes del mundo del periodismo, la economía y la política nacionales, desde Antonio Garrigues-Walker a José María Aznar y Ana Botella, pasando por Pablo Casado, los exministros Íñigo Méndez de Vigo y Juan Ignacio Zoido, o el expresidente madrileño Alberto Ruiz Gallardón.

Junto a Pilar de Yarza, asistió al acto su hermano, Fernando de Yarza, vicepresidente de Heraldo. Y, por parte de HENNEO, Fernando de Yarza López-Madrazo, presidente; Íñigo de Yarza López-Madrazo, vicepresidente, y Paloma de Yarza López-Madrazo, consejera de HENNEO.

En sus palabras tras recoger el galardón, Pilar de Yarza recorrió la historia familiar, desde que junto a su hermano Fernando inició una nueva etapa profesional en HERALDO en el año 2000, hasta nuestros días, cuando aún esta reciente el nombramiento de Fernando de Yarza López-Madrazo como vicepresidente mundial de los editores de prensa. Habló, también, de su vocación por el periodismo independiente: «Siento muy cerca a nuestros predecesores, de quienes hemos heredado la pasión y el compromiso de editar –aseguró–. Vocación que ha llegado ya a la quinta generación ‘de Yarza’, ahora en el puente de mando del grupo HENNEO. Con la familia Luca de Tena y con ‘ABC’ unen a nuestra familia lazos antiguos de amistad y de respeto profesional. Comenzaron a trabarse a principios del siglo XX y han llegado hasta hoy».

«‘ABC’ y Heraldo somos periódicos diferentes y con marcada personalidad –añadió–, lo cual no impide que nos sintamos hermanados en cuestiones fundamentales: en nuestro compromiso con la información veraz y el análisis ponderado, y en nuestras firmes convicciones constitucionales».

También abordó los retos que encara actualmente el periodismo escrito: «Hoy las redacciones son más silenciosas. Heraldo, tras conocer todas las formas de producción y edición posibles, ha entrado de lleno en la era digital. El periódico, como la vida, ha cambiado. Pero lo esencial, el rigor, la fiabilidad y la honestidad, se mantienen. Puede comprobarse en la hemeroteca que los valores que defendimos en la portada del primer número de Heraldo constituyen hoy la base de nuestros principios editoriales».

Y acabó su intervención subrayando que «no es posible una sociedad democrática sin medios de comunicación. No hay democracia sin prensa libre. Por eso, sé que Heraldo seguirá trabajando por y para Aragón. Trabajando por una España abierta a Europa y al mundo».

Un jurado presidido por Darío Villanueva e integrado por Victoria Prego, Manuel Lucena, Jorge Edwards y Luis Ventoso (todos ayer en la cena) le concedió por unanimidad la distinción, al considerar que «encarna el espíritu de las familias clásicas de editores, medulares en muchas de las mejores iniciativas de la prensa española».

Los otros dos galardones

El Premio Mariano de Cavia recayó este año en el artículo ‘La desmemoria que no cesa’, de Gregorio Marañón y Bertrán de Lis, publicado en ‘El País’ el 28 de diciembre de 2017. El jurado destacó que «el autor pone en valor la tolerancia y la comprensión recíprocas, en un artículo que reivindica la mejor España y la obra de reconciliación nacional de la Transición».

Marañón recordó los inicios en el periodismo del aragonés Cavia, con un reportaje en el que denunciaba la falta de seguridad del Museo del Prado fabulando un incendio. Y se imaginó a sí mismo escribiendo un reportaje en la España de hoy, encarando el problema catalán. «Con la monarquía recuperamos la libertad, reconciliamos a las dos Españas, nos incorporamos a Europa y logramos que nuestra economía se ubicara entre las más importantes –subrayó–. Los partidos constitucionalistas deben recuperar los puentes del diálogo. No podemos descalificarnos unos a otros, hay que encontrar juntos una solución a España».

Por último, el Premio Mingote había sido concedido este año a Jesús Fernández Salvadores por la fotografía ‘El infierno provocado’, publicada en el ‘Diario de León’ el 23 de agosto de 2017. Se trata de una imagen captada en un incendio forestal que devastó las localidades de Santa Eulalia de la Cabrera y Villarino. Una imagen contundente, protagonizada por el rostro de una de las afectadas por el incendio. Su autor, el periodista gráfico Jesús Fernández, habló de la España vacía y de sus problemas, pero destacó también el valor del periodismo en una sociedad «cuando da voz a los que no la tienen». «La memoria solo puede ser borrada por el alzhéimer o la desidia –añadió–. Nuestros pueblos se están muriendo y con ellos toda la sabiduría que sus habitantes han atesorado a lo largo de los siglos. No se puede entender una sociedad sin mayores ni sin pueblos».